La indignación del turf porteño tras el maltrato a Sandro Caro Araya
A mediados de esta semana, un insólito episodio tuvo lugar en San Isidro: un efectivo de seguridad le negó el ingreso al ex jockey y actual profesor de la Escuela de Jockeys Aprendices, Sandro Caro Araya. El hecho causó conmoción en el turf porteño y bonaerense, ya que se trata de uno de los jinetes argentinos más reconocidos a nivel mundial.
Araya tiene 52 años y supo ser uno de los pocos jinetes que dio la vuelta al mundo: ganó importantes carreras a nivel sudamericano y corrió un tiempo en el Hipódromo San Rossore de Milán. En 2003 volvió al país para quedarse y hace ocho años se desempeña dicta clases, tarea que lleva a cabo con pasión.
Es por esto que el desplante que sufrió por parte de uno de los encargados cuando se dirigía a retirar los archivos donde había registrado el desempeño de cada uno de sus alumnos, a los que daba clases virtualmente, sorprendió a propios y ajenos.
Pero a Araya no sólo se le negó el acceso al que fuera su lugar de trabajo por más de ocho años. Además, fue maltratado verbalmente.
En el turf, nos conocemos todos!!!!!!..¿.NOS CONOCEMOS TODOS???!!!… Si bien es cierto que [email protected] los/as que somos «del…
Publicado por Vareadores Unidos en Martes, 12 de enero de 2021
LA PALABRA DEL JINETE
En este marco, consultado por este medio, Araya sostuvo que si bien no es su intención «escrachar a nadie» (en referencia al encargado del hipódromo, a quien no quiso nombrar) desea que «esto no le vuelva a pasar a nadie más».
«El fantasma de los abusos de Hector Libré (el antiguo director) sigue latente en la escuela de jockeys. Esta vez fue víctima Sandro Caro Araya», señaló un allegado al reconocido jinete. Según esta fuente, tanto «los malos tratos» como «los abusos a las jocketas«, denunciados en redes, eran moneda corriente por aquel entonces.
Cabe destacar que, luego de que el episodio se hiciera público, los trabajadores del turf no sólo le hicieron llegar su solidaridad a Araya, sino que además repudiaron el accionar de las autoridades del hipódromo por considerar lo sucedido un «atropello».